De entre las numerosísimas especies de animales de la Naturaleza en nuestro planeta, hay muchas que
inspiran entre el público más simpatía que otras, por su agradable, imponente, ó carismático aspecto,
ó por algún significado ligado a un orgullo nacional; en contraste, hay otras especies desafortunadas
que no gozan de esa preferencia y que más bien llegan incluso a ser injustamente despreciadas, a veces
por causa de algún mito ó leyenda desfavorable ligado a ellas, y a veces, simplemente, por su aspecto físico
extraño que causa temor en muchas personas, aunque en casi todas las ocasiones, ese temor sea
completamente injustificable.
Uno de estos animales es el murciélago. Vilipendiado desde la antigüedad de la historia, este
pequeño mamífero volador ha sufrido el desprecio y el rechazo de la gente en general, al ser
su naturaleza desconocida y malcomprendida hasta hace muy pocos años; como es igual para el caso de
muchos animales nocturnos, siempre existió un halo de misterio en relación a él que fue propiciando la
invención de historias negativas y falsas, provocando el ser muy mal vistos y el ser perseguidos,
maltratados y asesinados injustamente en cualquier y toda ocasión.
Sin embargo, el murciélago es uno de los animales más interesantes y maravillosos de la Naturaleza y que
además tiene una importancia muy grande por el papel fundamental que juega en los ecosistemas
que habita, papel del cual la humanidad se beneficia enormemente.
¿Qué son los murciélagos?
Los murciélagos son un grupo de especies (hoy en día se conocen en total 1308 especies distribuidas en 214
géneros y 30 familias) que representan el único mamífero volador en el planeta. Habitan en todos los
continentes, a excepción de la Antártida y la Groenlandia, y en muchos tipos distintos de ambientes,
desde las selvas lluviosas hasta los desiertos. Los hay con distintos hábitos alimenticios, pues
a diferencia de las leyendas, que les atribuyen alimentarse exclusivamente de sangre, la gran
mayoría de los murciélagos se alimentan de insectos y otros artrópodos (insectívoros), y existen muchos
otros que se sustentan con frutos (frugívoros), ó con néctar de flores (nectarívoros). Son muy pocas (3,
únicamente) las especies de murciélagos, que, de hecho, se alimentan con sangre (hematófagos), y aún así,
no tienen nada que ver con las leyendas e historias inventadas acerca de ellos, historias completamente
falsas.
A pesar de que tienen un tamaño semejante, no, los murciélagos no son ratones voladores. Evolucionaron de
un grupo taxonómico distinto, comenzando su existencia como grupo desde finales del Paleoceno (época más
antigua del Período Terciario del Cenozoico, hace aproximadamente 58 millones de años).
La gran mayoría de los murciélagos son de hábitos nocturnos: salen de sus refugios al atardecer, trabajan
en buscar su sustento durante la noche y retornan al amanecer para descansar durante el día. Si bien es una
creencia popular que todos los murciélagos habitan en cuevas, la realidad es que además de este tipo de
refugio, los murciélagos utilizan muchos otros: oquedades en paredes de roca, troncos huecos y bajo la corteza
suelta de árboles, entre el follaje denso y bajo ramas de árboles, e incluso en estructuras urbanas como
puentes, techos, y demás. El tipo de refugio usado está en función de cada especie y su comportamiento
particular gregario: hay especies que descansan en solitario ó grupos pequeños, y hay especies que lo hacen
en grupos grandes; éstas últimas son las que requieren por fuerza de cuevas ó minas abandonadas para descansar.
Muchos murciélagos (especialmente aquellas especies que habitan en regiones de
clima templado) pasan los inviernos en hibernación en cuevas ó minas abandonadas, mientras que otros
permanecen en actividad todo el año.
Siendo nocturnos, estos extraordinarios animales han desarrollado estructuras anatómicas especializadas
en la ecolocación, una estrategia para navegar espacialmente con base en sonidos que les permite buscar,
encontrar y capturar presas con una precisión insuperable en medio de la obscuridad absoluta.
La valiosa función de los murciélagos
Ecológicamente los murciélagos cumplen distintas funciones. Aquellos que son insectívoros, al ser
depredadores, son una pieza clave en la red trófica (cadena alimenticia) de los ecosistemas, pues
mantienen en equilibrio a las poblaciones de sus presas, y a su vez, sirven de alimento a otros
depredadores mayores. Aquellos que son frugívoros y nectarívoros, son indispensables para la
reproducción de muchas plantas en bosques, selvas y desiertos, al ser dispersores de semillas y
de pólen a lo largo de grandes distancias.
Se ha demostrado por ejemplo, que muchas especies de cactáceas y de agaves en los desiertos de
Norteamérica dependen exclusivamente de los murciélagos para su reproducción, y que de hecho estas
plantas sincronizan su período de floración con el período de migración de las especies de murciélagos
que se alimentan del néctar de sus flores ó de sus frutos. Una situación análoga ocurre en selvas
tropicales, donde muchas especies de árboles tienen como intermediarios a murciélagos nectarívoros
y frugívoros en su reproducción y dispersión.
Murciélagos saliendo de su refugio al anochecer.
El equilibrio ecológico al que contribuyen los murciélagos es indispensable para el mantenimiento de
los servicios ambientales que desiertos, selvas, bosques, praderas y otros ecosistemas aportan y
son necesarios para el bienestar y desarrollo de las sociedades humanas.
Uno de los ejemplos más claros del enorme beneficio que los humanos obtenemos de estos animales
se deriva de la actividad cazadora de los murciélagos insectívoros: sus presas son principalmente
insectos plaga para diversidad de cultivos, como el maíz, el algodón, el tomate, la calabaza,
la papa y el pepino. Cada noche los murciélagos cazan millones de estos insectos, evitándole así
a los agricultores la necesidad de fumigar con pesticidas tóxicos sus campos de cultivo, y ahorrando
los elevados costos y el impacto ambiental de ello. Cada murciélago es capaz de consumir en una sóla
noche más del 50 % de su propio peso corporal en insectos, y si contamos que cada noche salen a cazar
millones de murciélagos, podemos comprender que son cientos de toneladas el peso junto de todos los
insectos cazados.
Los murciélagos frugívoros y nectarívoros, por su parte, posibilitan la presencia de muchas frutas de
alto valor en el mercado, como papayas, aguacates, plátanos, mangos, higos, guayabas, guanábanas, entre
muchas otras, pues son ellos quienes polinizan las plantas de las que se obtienen estos preciados frutos.
Los murciélagos necesitan nuestra ayuda
Lamentablemente, aún hoy en día persisten en muchas sociedades, entre ellas en nuestro propio país,
creencias erróneas sobre estos animales, lo que ha ocasionado y sigue causando que sean mal vistos y
en consecuencia, atacados y asesinados. Es el caso por ejemplo de cuevas que son dinamitadas, ó
fumigadas ó selladas, con el fin de eliminar a sus alados habitantes, creyendo que no son más que
vampiros dañinos. El resultado no es más que la muerte injusta de miles ó millones de murciélagos
benéficos, y las consecuencias negativas para los ecosistemas y la agricultura.
En ocasiones, se les hace daño inadvertidamente, cuando personas penetran una cueva ó mina abandonada,
despertando a grupos enteros de murciélagos en hibernación. Cuando un murciélago que está hibernando
despierta anticipadamente, consume reservas energéticas que tenía almacenadas para más tiempo, por lo que
volver a entrar en hibernación puede ponerlo en riesgo de morir por inanición, como igualmente es el salir
de su refugio antes del fin del invierno. El daño es aún mucho mayor si en la cueva estaban presentes crías,
pues éstas no sobrevivirán el despertar antes de tiempo.
Como si esto no fuera suficiente, en la última década y media se ha expandido ampliamente en Norteamérica
una enfermedad que afecta mortalmente a muchas especies de murciélagos: el síndrome de nariz blanca
("white nose syndrome"), ocasionado por un hongo que ataca a murciélagos en hibernación. A pesar de los
muchos esfuerzos hechos y que continúan haciéndose, no se ha hallado una solución efectiva a este problema.
Además de todo esto, la pérdida de hábitat, una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en
el mundo, afecta desde luego también a los murciélagos. También el uso intensivo de pesticidas en la
agricultura afecta indirectamente a estos alados animales. Actualmente los murciélagos son uno de los grupos
de mamíferos más amenazados a nivel mundial. Más de un tercio del total de especies se encuentra bajo alguna
categoría de amenaza de extinción.
En México existen 138 especies de murciélagos, de las cuales, más de una cuarta parte (38 especies) se
encuentran registradas en la NOM-059-SEMARNAT-2010 (la norma que establece las especies bajo riesgo de
extinción en México) bajo alguna categoría de amenaza.
¿Qué podemos hacer?
Cualquier persona puede contribuir a la conservación de estos maravillosos y benéficos animales. Lo
más sencillo y a la vez útil es aprender sobre ellos, y compartir con amistades y familiares este
conocimiento, para que cada vez más personas sepan qué son en realidad los murciélagos y aprendan
a apreciarlos.
Muchas organizaciones que se dedican a la conservación ambiental ayudan a los murciélagos, pero quizás
la más importante es Bat Conservation International, que específicamente se dedica a la conservación
de murciélagos a nivel mundial. Si te gustaría apoyar a esta organización, te invitamos a visitar su
página en internet (www.batcon.org) donde puedes consultar información
sobre cómo ayudar.
Hay además científicos en México dedicados al estudio y conservación de los murciélagos. En
Gran Sierra Plegada, trabajamos distintos proyectos con el objetivo de conservar las especies de murciélagos que
viven en ó pasan por Nuevo León y Coahuila. ¡Si gustas apoyarnos y ayudar a los murciélagos, contáctanos!
¿Tienes comentarios? Escríbenos a
contacto@gransierraplegada.org